sábado, 21 de febrero de 2009

Cambio de Blog

Hola! A partir de esta fecha estaré publicando en mi nuevo blog carlosyunen.blogspot.com.

Poco a poco iré transfiriendo algunas de las entradas desde este blog (sensares) al nuevo (carlosyunen)... por supuesto, aparte de las nuevas entradas y comentarios.

miércoles, 28 de enero de 2009

Crisis... Según Einstein

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Albert Einstein

viernes, 29 de febrero de 2008

CONOCER LA PALABRA Y SU PODER

“En el principio era la palabra…” y la palabra creó todo lo que existe. El poder de la palabra es infinito, desconocido, incomprendido. La palabra es la creadora de nuestras realidades, de nuestros sueños, de nuestras limitaciones, de nuestro potencial y de nuestras realizaciones. Vemos palabras, oímos palabras, sentimos palabras. Como son mis palabras así es y será mi vida.

Lo que existe a mi alrededor y en mi vida, es mi propia creación, la creación de mi cerebro, la creación de mi voluntad, la creación de mi intención. Y mi cerebro, mi intención y mi voluntad tienen un solo lenguaje: el de la palabra.

Lo que existe a mi alrededor y en mi vida, son simples percepciones que construyen mi realidad, lo que para mí es real. Mis sistemas de percepción filtran y condicionan lo que percibo, sobre la base de programas pre-establecidos, aprendidos, que se auto-modifican y se auto-ratifican con cada nueva percepción, con cada nuevo “aprendizaje”. Por debajo de lo que se ve, de lo que se oye, de lo que se siente, imbuido en lo más profundo e imperceptible de las percepciones, un solo sistema representacional; su fundamento: la palabra.

Vemos palabras, oímos palabras, sentimos palabras. Como son mis palabras, así son mis percepciones. Como son mis palabras, así es el mundo que veo, que escucho, que pienso, que sueño, que siento...

Conocer la palabra, comprender su mundo, sentir su poder, ver su majestuosa amplitud, significa conocer el código intrínseco del holograma que llamamos “vida” o “existencia”; es conocer nuestro mundo, percibir nuestro potencial, ver nuestras limitaciones. Conocer el lenguaje de la palabra, su intrincado sistema representacional, su poder para recordar pasado y crear futuro, significa conocernos a nosotros mismos, conocerme a mí mismo en mis profundidades y misterios; en lo que quiero, en lo que veo, en lo que pienso, en lo que soy, en lo que puedo llegar a ser.

Dominar la palabra, manejar la palabra, significa estar consciente, significa ser responsable de la creación de mi mundo, de mi vida, de mi existencia... significa ser capaz de cambiar mi pasado, vivir intensamente mi presente, y crear activamente y predeciblemente mi futuro.

Significa, en resumen, D-E-S-P-E-R-T-A-R. Significa percibir, ver, oír, sentir, el mundo, mi mundo, la realidad, mi realidad... interpretarla, comprenderla, acariciarla, cuestionarla, visualizarla, replantearla... crearla. Significa comprender y modificar mis sistemas mentales, mis modelos de pensamiento, mis creencias, mi vida.

En la película “Harry Potter and The Prisoner of Azkaban”, el profesor Lupin, entrenando a Harry para poder enfrentar a los “dementores” (criaturas oscuras cuya única función consiste en “robar la vida”), le pide que traiga a su memoria su recuerdo más feliz, que lo visualice, que lo sienta, que lo haga intenso... Harry lo hace, y así puede vencer a un dementor simulado. Lupin le pregunta acerca de qué pensó, y Harry contesta algo así como: “estaba con mis padres, quienes me sonreían... no sé si es cierto o no, pero para mí es igual, lo sentí como si lo fuera”.

domingo, 21 de octubre de 2007

CREATIVIDAD Y CREACIÓN EN LAS EMPRESAS Y ORGANIZACIONES

Creatividad es el acto de crear, de dar vida a algo nuevo, único, diferente, especial, y previamente inexistente.

La creatividad, a través de su capacidad y potencialidad creadora, es la madre de lo extraordinario, de lo que se sale del marco de lo ordinario. La creación, el fruto de la creatividad, es y produce una discontinuidad. El mundo y el universo entero cambian cada vez que algo nuevo es creado, porque nace y surge un nuevo elemento que los enriquece, como sistemas y como esencia.

La creatividad es, pues, madre de la creación y, como tal, es vida, es fuente de vida, es creación de vida… y toda nueva vida es renovación, y es desestabilización, cambio, disrupción, orden que surge del caos, para producir más caos que generará más vida, más creación, más discontinuidad.

En el ámbito empresarial, la creatividad - como fuente de creación de nuevas alternativas, nuevos productos, nuevas soluciones, y nuevas iniciativas - es un asunto de competitividad. En el mundo moderno, las organizaciones competitivas son aquéllas que se diferencian de forma radical de sus competidores, y ofrecen una identidad única a sus clientes y consumidores. Una diferenciación radical significa que la empresa es tan única y tan especial, que su esencia no puede ser descodificada ni imitada por sus competidores, y que sus clientes reciben algo que, en conjunto - producto, servicio, estilo, entrega, imagen, atención, garantía, impacto, resultados... - es inigualable, indescriptible, indescifrable.

Esto significa que la verdadera creatividad empresarial implica darle vida a un concepto y una realidad que, como un ser humano, poseen un código genético irrepetible e insustituible.

La buena noticia es que la creatividad, contrario a lo que muchos opinan y piensan, se puede aprender, se puede desarrollar. De hecho, podemos instaurar métodos de trabajo y de pensamiento que así lo hagan. Por supuesto, todo comienza con la decisión y la voluntad de ser creativos, y con una visión firme de diferenciación radical.

Para comenzar, tenemos que comprender que la creatividad es inherente al ser humano. Todo ser humano se renueva a cada instante. Con cada aprendizaje, con cada célula que se reproduce, con cada nuevo pensamiento o sensación, con cada sentimiento la persona se hace nueva y distinta; se crea un pequeño (o gran) caos que da lugar a un nuevo estado. La naturaleza humana está imbuida de creatividad y creación continua. Al igual que el mundo y el universo que, con cada amanecer, con cada flor que se abre liberando su aroma y sus colores, con cada golpe de viento, con cada explosión en una estrella lejana, se hacen nuevos, distintos, irrepetibles.

Nuestra propia mente es una fábrica de creación continua. En la mente humana no existen dos momentos iguales en toda su vida. El estado de la mente humana y del cerebro es siempre cambiante, siempre dinámicamente cambiante, nunca un momento ha sido ni será igual a otro en la vida de nuestro cerebro y nuestra mente.

Las capacidades creativas de nuestro cerebro son ilimitadas. Más de cien mil millones de neuronas pueden interconectarse en diversos patrones, para dar lugar a innumerables posibles estados mentales y de pensamiento, sentimientos, sensaciones, decisiones, acciones… la mayor parte de esta capacidad creativa reside en el hemisferio derecho del cerebro, lo que yo llamo “el hemisferio marginado”. ¿Marginado por quién y cómo?

Nuestro hemisferio derecho es unas setenta mil veces más rápido y más capaz que el izquierdo. Es el que ve e interpreta al mundo en colores, en forma holística y sistémica, el que es capaz de establecer relaciones multidimensionales, el que es capaz de imaginar, visualizar y emocionarse. El izquierdo es muy bueno para estructurar cosas, para establecer metas y objetivos; es el mayor responsable del procesamiento numérico y del lenguaje; digamos que ve la vida en extremos y absolutos, sin matices, en blanco y negro; es director y editor.

El uso integral de las facultades del cerebro humano requiere, pues, que ambos hemisferios se sincronicen y trabajen en equipo; el izquierdo formulando, dirigiendo, solicitando, estableciendo metas… y el derecho buscando, procesando, ejecutando, produciendo… CREANDO.

La sociedad, de manera general, y los sistemas educativos tradicionales, de forma particular, son la antítesis de esta integración cabal de nuestras capacidades mentales y cerebrales, debido a que, a través de sus métodos y expectativas, están exageradamente focalizadas hacia las funciones del hemisferio izquierdo, en detrimento de las del derecho que, repito, es unas setenta mil veces más rápido y más capaz que el izquierdo.

¿Qué sucedería si desarrolláramos la capacidad, por medio de ejercicios y métodos, para sincronizar e integrar coherente y sistémicamente ambos hemisferios? Los resultados serían indescriptiblemente impresionantes, inauditos, de proporciones inimaginables.

Pensemos ahora que una empresa es el colectivo de mentes y cerebros trabajando juntos. ¿Qué sucedería si estableciéramos la cultura y los métodos para que este gran cerebro de cerebros, esta gran mente de mentes, funcionara de forma activamente creativa, sincronizada, dinámicamente autogenerativa? ¿Qué sucedería en nuestra sociedad, si cambiáramos los sistemas tradicionales de educación y “formación” para que den lugar a mentes, personas, equipos, grupos realmente potencializados en toda su dimensión y capacidad?

Otra buena noticia es que existen los métodos y las herramientas para hacerlo. Tenemos los medios, que se pueden desarrollar e instaurar a través de la práctica y el entrenamiento…ahora sólo se requiere la voluntad y la visión.

A nivel empresarial, el potencial creativo debe trabajarse, al menos, en cuatro direcciones simultáneas e interrelacionadas:

1. Ante todo, una empresa requiere de una forma nueva y distinta de hacer estrategia y de planificar la creación de su futuro… de hecho, la estrategia sin creación de un nuevo estado competitivo, desestabilizador y revolucionario, no tiene razón de ser. La estrategia es, por definición, creación. El problema radica en que los métodos tradicionales de estrategia, los que están en libros y en el mundo académico, los que proponen las empresas consultoras tradicionales, están muy lejos de ser creadores, pues son altamente comparativos, dando lugar - si acaso - a ligeras innovaciones y a la visión miope enmarcada dentro de la comparación con lo ya existente. Debemos comenzar con un método radicalmente distinto, para dar lugar a resultados radicalmente distintos en términos competitivos.

2. Para que cada persona, en especial los líderes y administradores de la organización, se pueda comprometer con una estrategia creativa y creadora en la empresa, es esencial que cada uno de estos individuos haya formulado y establecido su propia estrategia personal para su vida en todos sus ámbitos - personal, laboral, familiar, social, académico… Cada persona debe poseer el compromiso interno con su propia estrategia de vida - creativa y creadora del futuro de la persona como ser y ente único, diferente y especial -, de forma que la persona se pueda comprometer en esencia con la estrategia de la empresa y así, juntos, crear una nueva realidad para ambos.

3. A partir de esta estrategia individual, debe surgir la capacidad del autoliderazgo, de la autogestión de vida, de la capacidad de auto-desarrollarse y auto-reinventarse continuamente.

4. Finalmente, cada empresa debe establecer un método para ser creativos en la ejecución diaria y en la solución de las situaciones que se le presentan día a día, momento a momento a momento, de manera que garanticen que se proveen nuevas soluciones, no la repetición de las mismas historias con matices, maquillajes y camuflajes distintos.

Al cubrir estas cuatro dimensiones de desarrollo del potencial creador y creativo, la empresa garantiza su conversión en un ente único, diferente, especial, irrepetible y previamente inexistente… garantiza su creación continua, garantiza su éxito sostenido y sostenible a través de la oferta de soluciones y relaciones que solamente ella puede ofrecer y entregar a sus clientes, consumidores, proveedores, empleados, accionistas y la sociedad en general.

sábado, 20 de octubre de 2007

COLABORADORES: UN EUFEMISMO A LA ORWELL

En el ámbito de la gestión humana, de personal, o de recursos humanos, se ha generalizado el uso del término “colaboradores” para designar a las personas que laboran en una empresa u organización. Se habla de “nuestros colaboradores”, “líderes y colaboradores”, entre otros usos generalizados y poco analizados en su contexto, impacto y significado real.

El término es claro: colaborador es quien “labora con” alguien. También, colaborador es quien aporta algo (su trabajo, sus ideas, recursos…). Por lo tanto, hablar de colaboradores es hablar de personas que laboran con otras, o que aportan algo, o ambas cosas.

En este sentido, todas las personas que laboran en una organización son colaboradores; de lo contrario, son vagos solitarios, pues ni aportan ni trabajan con nadie más.

Hacer una segregación o separación entre líderes y colaboradores, es pues inadecuada, al menos que estemos diciendo que el líder no colabora, lo cual sería un grave error, pues, aunque el líder fuera vago, no puede ser solitario, dada la definición misma de liderazgo: para ejercer el liderazgo - no importa el estilo - debe tener con quien y, por lo tanto, ya está co-laborando, aunque no esté colaborando.

Entonces, concluimos que el líder, por el hecho de serlo, ya es colaborador, por lo cual, líder y colaborador no pueden ser entes distintos, no puede existir dicotomía, pues sería como decir que existen dominicanos y personas: líder es subconjunto de colaborador, por lo cual no pueden ser vistos como dos elementos disjuntos.

Por otra parte, esto me recuerda a George Orwell, no en “1984”, sino en “Granja Animal” (“Animal Farm”). En esta fábula o metáfora, un grupo de animales de una granja, cansados de la opresión de la que eran objeto por parte del granjero, se rebelan y toman la granja por asalto, huyendo el granjero y dejando “el gobierno” de la granja a los animales. Éstos, fieles a los valores que habían dado lugar a la rebelión, crearon una sociedad igualitaria, y hasta escribieron en una pared “todos los animales son iguales”… hasta que comenzaron a surgir los privilegios para los “gobernantes”. Hasta que un buen día, el letrero amaneció enmendado con la frase “… pero algunos animales son más iguales que otros”.

… y ahí viene el tema de los líderes, todos los colaboradores son iguales… pero unos son más colaboradores que otros, por eso se llaman líderes y no colaboradores (la aparente contradicción no es accidental).

Finalmente, me surge la inquietud de comparar a las personas que laboran en una empresa con los actores de una película. Si llamáramos “colaboradores” a los actores, obviamente, jamás pensaríamos en el protagonista principal como el “colaborador”; eso suena más a actor secundario o a actor de reparto, o incluso a “extra”.

Si en verdad queremos destacar a las personas con la importancia integral inherente a su condición de seres y de humanos, es pues esencial tratarlas como protagonistas principales, como actores principales en la película que es la empresa u organización.

Y en este sentido hay que ser claros y precisos. Todo individuo que labora y colabora en una empresa u organización cualquiera, tiene allí un empleo, por el cual percibe un salario o jornal. Y esto incluye a sus ejecutivos, aunque sean dueños. A los dueños, en virtud de su condición de haber puesto dinero en el negocio y poseer acciones de la misma, se les llama “accionistas” o “inversionistas”, ¿no?

Pues, para designar a quienes laboran y colaboran en la empresa, sin importar condición de nivel o cargo, existe una palabra: empleado. Yo soy un empleado de mi propia firma de consultoría, y por la colaboración y co-laboración que realizo, percibo un salario. Soy un empleado. Punto. Y como empleado, soy protagonista. No soy un simple colaborador, actor secundario, que “ayuda” a que algo suceda. Lo hago suceder, participo en que suceda de forma protagónica, activa, constructiva, creativa y creadora.

Soy protagonista, actor principal, como son cada uno y cada una de mis colegas compañeros y compañeras de trabajo.

No soy un simple colaborador. Soy actor.

Y si por casualidad duele leer o escuchar estas reflexiones, hay varias recomendaciones posibles. La primera: revisar cuáles son las causas y raíces del sentimiento de culpa que lleva al eufemismo orwelliano que existe detrás de la palabra colaborador, en el contexto laboral.

domingo, 14 de octubre de 2007

ERRORES Y DISTORSIONES EN EL SISTEMA EDUCATIVO

Ante la falta de un Plan Integral de Nación y un Plan Sistémico de Educación, los actores relacionados directa o indirectamente con la educación han cifrado su atención en aspectos extrínsecos. La atención de estos actores se ha dirigido hacia fuera, hacia elementos más bien cosméticos, ilusorios en parte, confundidos en hermosas nubes de humo que – con extraordinaria eficacia – ocultan, camuflan y distorsionan la apreciación consciente de la realidad.

Veamos algunos de los postulados y sus errores:

1. Se requiere un aumento en la asignación presupuestal al sistema educativo. Bajo este planteamiento subyace un
paradigma dominante en cuanto a sugerir que el dinero actual no es suficiente, y que las situaciones que enfrenta la educación se resuelven con dinero. O sea, el planteamiento supone que, si se dedicara más dinero a la educación, ésta exhibiría mayor calidad.

El error de este planteamiento es obvio: antes de verificar las deficiencias por falta de acceso a la educación, tenemos que ver las deficiencias que existen en aquellos que sí tienen acceso a la educación. En otras palabras, si bien es imperativo que se aumente la accesibilidad a la educación de una gran cantidad de dominicanos que hoy no disfrutan de ese derecho inherente y constitucional - y para ello el dinero sí es importante y necesario en cantidad suficiente-, los resultados indican claramente que existen serias deficiencias en el sistema educativo y que son aquellas personas que acceden a este sistema quienes están sufriendo los efectos de esas deficiencias. En otras palabras, las mediciones se hacen sobre quienes asisten a la escuela; las deficiencias detectadas son de quienes asisten, y éstas se producen en la escuela, no fuera de ella. Las deficiencias actuales van más lejos que solamente la falta de presupuesto.

2. Se trata de un asunto de contenido y cantidad de horas de docencia. En otras palabras, el paradigma subyacente en este caso supone deficiencias en cantidad de datos transferidos a la persona, y en cuento a la cantidad de tiempo disponible para realizar la transferencia. Por lo tanto, lo que se plantea es la necesidad de embutir más y más insumos altamente susceptibles de obsolescencia. Obviamente, si ésta es la tendencia, en un mundo donde a información se duplica cada 5 años, ninguna cantidad de tiempo, por infinita que sea, será suficiente para ejecutar tan magnífico embuchado.

3. El problema radica en la gestión local de la escuela. Con este paradigma se esgrime que debe descentralizarse la gestión de la escuela, o que el problema son los directores, o que la escuela carece de una administración idónea. Con las deficiencias estructurales actuales en todo el sistema educativo, me pregunto ¿Qué sucedería si se descentraliza la escuela, o si nombramos como directores a nuevos “administradores” que saben aún menos acerca de las nuevas técnicas y tecnologías de educación que los actuales académicos que dirigen nuestros centros educativos?

4. ¡Que viva el apadrinamiento! Ahora se ha puesto de moda el apadrinamiento. Sin embargo, el verdadero impacto de éste en cuanto a la calidad técnica y humana del estudiante o socio de aprendizaje solamente podrá cristalizarse si se cumplen dos requisitos:
- Si la empresa o institución que apadrina una escuela tiene conocimiento, y lo aporta, acerca de las tendencias modernas en materia de educación integral y nuevas técnicas y tecnologías de aprendizaje y enseñanza.
- Si se le permite al “padrino” tener incidencia real y efectiva en la gestión de la escuela y en la instauración de los cambios que ésta precisa. Para esto, se requiere un verdadero compromiso de parte de la institución que apadrina, y una verdadera apertura de parte del sistema educativo.

5. ¡Las pruebas, las pruebas, las pruebas! El síndrome de las pruebas… ¿Qué miden las pruebas nacionales? A mi manera de verlo, miden qué tan bien o mal están los estudiantes en términos de contenido de materias específicas. En su formato actual, estas pruebas jamás podrán determinar el nivel de calidad integral de la formación y la educación (aspectos técnicos, humanos, valores, destrezas, habilidades, conocimientos… todo en conjunto e interconectado). Partiendo de que se mide solamente lo que nos interesa lograr, esto nos dice algo muy interesante: el enfoque educativo formalmente instituido procura, claramente y de forma increíblemente miope, formar - o más bien, informar - al socio de aprendizaje en términos únicamente de contenido; es evidente que no existe un interés en formar seres ante todo humanos. Se evidencia también que la prioridad no es conseguir la capacidad de aplicación ni de integración a la vida de la persona de esos llamados “conocimientos”.

6. ¿Midiendo qué? Siguiendo con el asunto de las pruebas, hay algo aún más grave: estas pruebas fueron diseñadas para medir el dominio de un contenido ya prediseñado. La pregunta es, ¿Sobre cuál base fue diseñado ese contenido? ¿Qué procura conseguir? ¿Cuál estrategia de desarrollo humano integral la sostiene? ¿Para lograr cuáles objetivos a niveles sociales, económicos, técnicos, competitivos…? ¿Realmente responde esa estructuración educativa a un plan subyacente de Nación?

7. ¡Mirar para arriba… mirar para abajo! Nuestro sistema educativo se desenvuelve en gran medida sobre la base de lo que se denomina “referencia externa” o “referencia al objeto”. Es usual la comparación con otros países y otros sistemas, por un aparte para buscar consuelo, y por otra para preocuparnos. Basta mirar el informe de pruebas nacionales para comprobar esta tendencia improductiva, que como un espejismo, desvía la atención y puede llevar a acciones inadecuadas o inútiles. ¿Para qué copiar de Chile, Colombia, y otros tantos (hispano o angloparlantes, da igual), si ante todo cada país debe establecer sus sistema educativo sobre la base de las aspiraciones y estrategias de la Nación como un todo, tanto en un contexto local como global?

No estamos diciendo que un enfoque de un país específico esté mal o bien; sencillamente llamamos la atención ante el hecho de que así como no somos bolivianos, tampoco somos chilenos. La costumbre de buscar comparaciones es, en el fondo, una manera de manifestar el paradigma de inferioridad que evidencia que suponemos que esos otros países lo están haciendo mejor; además, la comparación en estos términos implica la imposición de un marco limitativo inconsciente, ya que difícilmente se pueda procurar llegar a ser o conseguir algo más allá que lo que el parangón establecido indique (ver mi entrada previa acerca de estrategia creativa en este mismo blog).

8. Ceguera ante lo obvio. Si se presenta el caso de que un una ciudad específica, digamos Montecristi, existe una significativa desviación positiva en cuanto a los resultados en una materia específica - digamos, lengua española, por ejemplo - en una escuela específica, ¿llamaría esto la atención? ¡Por supuesto! Sin embargo, este tipo de desviaciones positivas no se han estudiado, parece que ni siquiera han llamado la atención. ¿Sería lógico investigar cómo y por qué se ha producido esta desviación? Muy posiblemente se trata de un profesora o una profesora con un alto nivel de conocimiento y entrega y, además, con una forma de entrega distinta, en otras palabras, asunto de método.

¿Nos hemos preguntado cuáles son los métodos realmente más eficientes para conseguir el éxito en el proceso educativo, visto como un sistema integral para formar seres humanos integrales?

viernes, 12 de octubre de 2007

EL ROL DE LA EDUCACION INTEGRAL COMO FORMADORA DE SERES INTEGRALES

¿Cuántas veces nos hemos detenido a reflexionar acerca del verdadero rol de la educación? ¿Educación para qué?

En el fondo, el papel más importante de la educación es de servir de proceso de gestación y desarrollo de seres humanos integrales e íntegros, enteros, completos, en plenitud.

Profundizando en nuestra línea de pensamiento y para arrojar un poco más de luz en el proceso, podemos tomar esa palabra: “integral” y jugar un poco con ella, y con sus opuestos. Integral significa que la persona es “una”, “unificada”, “no fragmentada”. En nuestro mundo actual, las presiones sociales, económicas, académicas y hasta políticas y tecnológicas nos están llevando a crear una humanidad de constituida por espectros frankeinsteinianos, “personas” que no son más que una mala conjunción de elementos incompatibles pegados a la fuerza, con la pretensión de crear personas más aptas. En realidad, estamos creando personas más fragmentadas, más separadas de sí mismas, más alejadas de su propio centro.

Cada vez más escuchamos más y más jóvenes expresar, gritar, clamar por su necesidad de “encontrarse consigo mismos”. Y nos preguntamos, “pero, ¿y dónde se le perdió ‘sí mismo’? ¿Es que no se da cuenta que él está ahí, en él, en ella?”. Sí, bueno, es sólo que tanta fragmentación ya no les deja verse a sí mismos y a sí mismas y, mientras más buscan fuera de sí, más fuerzas centrífugas encuentran, y así se alejan más de su centro, se fragmentan más, se pierden más, se distraen más.

Pero, ¡un momento! ¿se distraen, dije? Se dis-traen. ¡Oh! ¡El prefijo “dis”! Prefijo que expresa negación o separación. Dis-traer, negación de traer; y la negación de traer es, pues, llevar… y sólo se puede llevar hacia fuera. Estamos creando una humanidad distraída, descentrada, viviendo continuamente en referencia al objeto, y cada vez menos en la auto-referencia o referencia al sujeto, en referencia a sí mismos.

Las consecuencias no son obvias. Pocas personas establecen una relación entre el problema de referencia externa y la competencia social que lleva al sobre-endeudamiento, y de éste a los problemas de deterioro en la economía, a un bajo nivel de ahorro, a un excesivo nivel de importaciones comparado con el nivel de productividad.

De temas como éste, lamentablemente, nadie se está haciendo eco. Nadie se hace eco de situaciones tan graves como que la sociedad en que vivimos está cada vez más sumergida en la “egocracia”, el gobierno del ego, por el ego y para el ego. Los valores que pretendemos proclamar se han encargado de producir sus propios antivalores que los neutralizan y los hacen pedazos. A muy pocos les importa el tema de forjar el carácter por medio de la práctica consistente de virtudes y desde allí forjar valores en lo más hondo de cada quien. No. Es más fácil, mucho más fácil sencillamente escribirlos, proclamarlos, predicarlos… y no vivirlos desde las actitudes y conductas.

¿A dónde nos lleva un sistema educativo que jamás se cuestiona en aspectos como éstos? ¿Merece llamarse “educativo” un sistema que se ha olvidado que primero y ante todo está formando “seres” que, en segundo lugar son “humanos” y que, en tercer lugar deben ser “capaces” para entonces poder tener “opciones” que los eleven integralmente, en lo humano, en lo social, en lo laboral, en lo cultural… en fin, en todas las dimensiones de una vida completa y digna?

Creo que, sencillamente, tenemos un costoso sistema de formación académica mediocre, al cual además, le queremos insuflar más recursos, de manera que los consuma con vertiginosa rapidez e ineficiencia.

El verdadero rol de la educación, repito, debe ser el de fomentar el desarrollo de seres humanos integrales e íntegros, enteros, completos. Seres humanos con capacidades y conductas que les sirvan de base para poder procurarse y acceder a un más alto nivel de opciones. Personas con capacidad y confianza, con dignidad y productividad, con mesura y arrojo, con destrezas sociales y habilidades técnicas.

En un mundo cuántico, donde el cambio espontáneo es la regla y los sistemas tradicionales son llevados continuamente al borde del caos, la persona integralmente formada debe ser capaz de reinventarse creativamente, de responder pro-activamente, sin perder su esencia, sin abandonar sus virtudes, sin malograr el fondo en beneficio de la forma, deslizándose sobre la ola del caos, sin convertirse en el caos.

Para ello, y ante todo, un sistema educativo de verdad debe iniciar por proveer al individuo, desde sus tempranos años, la posibilidad de elaborar su estrategia de vida, su proyecto personal, su plan individual. Así como se habla de estrategia de país y de empresa, ¿qué tal si comenzamos a hablar de estrategia personal? El sistema educativo debe ser el vehículo para que el niño y el joven encuentren la brillante oportunidad de descubrir sus preferencias y de decidir sus propios caminos hacia el futuro.

Pero, ¿cómo puede el sistema educativo proveer este espacio, si el sistema mismo no ha desarrollado su propia estrategia ni ha diseñado su propio futuro?

Un sistema educativo que plantea hoy el plan para proveer mañana las soluciones a los problemas de ayer es, sin lugar a dudas, un muy mal ejemplo.

A pesar de todo, existe un atenuante a favor del sistema educativo: ¿cómo puede un sistema educativo diseñar una estrategia cuando se encuentra contextualizado en un país que carece de un Plan Integral de Nación? No estamos hablando de un plan de competitividad sistémica empresarial, no. Estamos hablando de algo más profundo y trascendente.

Un Plan Integral de Nación debe definir quiénes queremos ser, desde los propósitos de la Nación como tal, hasta su cultura deseada (diseñada), sus metas (sociales, económicas, laborales…), y las formas (medios, procesos, estructuras, programas…) a través de las cuales conseguirá esos fines. Por supuesto, todo esto debe ser traducido a un claro, preciso, cuidadoso y detallado plan de acción, que pueda ser ejecutado seguido, revisado, comprobado, medido.

Sí, un Plan de Nación es la piedra angular en este proceso y, como dice una canción, ¿a quién le importa? Tal parece que a pocos. Quizás porque conseguir resultados de esta envergadura trasciende a uno o dos períodos electorales; quizás porque ahí no hay tanto dinero de por medio. Quizás porque el verdadero desarrollo y la verdadera educación no pagan.

Y EL PILOTO ¿DONDE ESTA?

En una entrega anterior (ver entradas anteriores más abajo en este blog) conversábamos acerca de la educación en la República Dominicana, compartiendo algunas inquietudes fundamentales en relación con lo que consideramos que debe ser la verdadera educación y el verdadero modelo de un sistema educativo. Comparábamos el sistema educativo con un vehículo, un vehículo que hay que conocer y saber conducir y cuidar. La educación moderna es como un vehículo que cada vez más viene equipado con aditamentos de más alta tecnología. Continuamente están surgiendo nuevas investigaciones y, sobre todo, nuevos descubrimientos y desarrollos que están revolucionando la forma en que se consigue la enseñanza y el aprendizaje; y no hablamos de tecnología de información, no. Hablamos simplemente de herramientas y métodos que tienen que ver con la forma en que conocemos el cerebro humano y trabajamos con él. Tienen que ver con la manera en que se desarrolla el aprendizaje, la inteligencia, la capacidad mental... tienen que ver con la manera en que habilitamos a los jóvenes y adultos para utilizar integralmente su cerebro, al 100%, no el ínfimo 5% que le enseña a utilizar los sistemas educativos tradicionales.

En diversos escenarios he llegado a afirmar que la educación como se conoce en nuestro país (como norma) tiende a producir, en masa, hemipléjicos funcionales, puesto que se orienta al desarrollo y utilización de las facultades del hemisferio izquierdo del cerebro, ese hemisferio que hace el procesamiento de letras, palabras y números; ése que se encarga del pensamiento lógico-estructurado, secuencial, a veces cuadrado. Sin embargo, los sistemas que como norma conocemos en la educación tradicional, se olvidan del hemisferio derecho, ése que es holístico, sistémico, donde surge la creatividad... el que es decenas de miles de veces más rápido y más capaz que el izquierdo.

Definitivamente, cuando hablamos de este tipo de tecnología de aprendizaje, estamos hablando de un vehículo radicalmente distinto, un vehículo de alto desempeño; un vehículo de alto impacto estratégico para el desarrollo de mejores condiciones y calidad de vida para nuestros jóvenes y adultos; un vehículo esencial para conseguir un pueblo mejor, más educado; real e integralmente educado.

Pero… Y el piloto, ¿dónde está? ¿quién va a conducir este nuevo vehículo? ¿quién lo ha recordado? Y el mecánico, ¿puede lidiar con los nuevos retos de los nuevos vehículos que hemos de tener en nuestras manos? ?quién ha de tener la capacidad para diseñar este tipo de sistema educativo y mantenerlo vigente? ¿Hemos de seguir pidiendo más presupuesto para seguir haciendo más de lo mismo, de la misma forma, con los mismos métodos? ¿Seguiremos pretendiendo obtener así resultados radicalmente distintos? ¿Hemos de pretender preparar personas integralmente desarrolladas para el mundo de mañana con los fundamentos y planteamientos de ayer?

Se hace necesario un planteamiento serio y profundo, más bien, un replanteamiento radicalmente distinto. Este replanteamiento debe partir de un serio y auténtico Plan de Nación, algo que obviamente no existe en la República Dominicana. Vemos los planes que se plantean y los planteamientos que se planifican (como el Plan Decenal, por ejemplo), y si analizamos objetivamente, veremos que es más de lo mismo. Las preguntas base no han sido formuladas. Se habla de más acceso, de más presupuesto, de más de lo mismo... a veces delicadamente disfrazado.

Es obvio, porque quienes están proponiendo estos planteamientos son quienes han sido formados por el mismo sistema que están tratando de formar... y viceversa. Así que lo natural es que la génesis de estos planes esté contaminada por la misma genética que le dio lugar a los modelos dominantes en quienes dicen gestar el cambio de modelo. Einstein lo dijo muy claro: "El problema debe ser resuelto desde un nivel superior a aquél en el que fue creado".

Hay que comenzar con un plan de Nación que defina lo que queremos como país, como ciudadanos, como cultura, como rasgos esenciales de competitividad nacional integral, no solamente empresarial.

¿Puede el sistema educativo actual “producir” el ciudadano que queremos, cuando ni sisquiera se ha establecido cuál es el ciudadano que queremos? ¿Puede este sistema cooperar en la formación de un ser humano integral y competitivo para la cacareada “nueva economía”? ¿Puede este sistema arrojar una nueva cultura, fundamentada sobre las virtudes que requerimos instaurar en nuestra sociedad, como respuesta y refuerzo al logro de un Plan de Nación que no existe?

¿Sabemos hacia dónde vamos? ¿Sabemos qué es lo queremos realmente obtener? ¿lo que nos conviene como Nación, como sociedad, como país? ¿Hemos establecido los objetivos de manera creativa y con claridad? ¿Hemos delineado el camino correcto para llegar a esas metas? ¿Estamos construyendo esos caminos? ¿O más bien nos estamos concentrando en aspectos cosméticos de forma, de adorno, de normativa, de presupuesto, de indicadores que refuerzan el modelo que cada vez nos aleja más y más del blanco, de la diana, del centro?

¿Cómo poder encontrar las respuestas?

miércoles, 3 de octubre de 2007

¿QUE SUCEDE CON LA EDUCACION EN LA REPUBLICA DOMINICANA?

En términos de educación en la República Dominicana, cada vez se habla más, se escribe más, se politiza más, se publica más. Quizás demasiado.

El tema ha trascendido los foros tradicionales y su centro de gravedad se está desplazando hacia nuevos foros, sobre todo el empresarial. El empresariado, confrontado con la realidad cada vez más cruel de las situaciones y deficiencias que presentan los empleados de nuevo ingreso – y ante la cuantiosa inversión en re-educación que ello implica – ha asumido una postura más agresiva y de mayor protagonismo.

El discurso, sin embargo, se reduce a lo mismo: la asignación presupuestal, la descentralización de la gestión, las pruebas nacionales, el apadrinamiento, las horas de clases, las computadoras en la escuela, y la comparación con otros países.

En otras palabras, se habla más, se escribe más, se publica más, y se hace lo mismo, de la misma forma, pretendiendo obtener resultados distintos. De hecho, la situación es aún más crítica: debido a que nos encontramos en la era digital y la era del conocimiento, y dado que hemos “reforzado” la educación con tecnología de información, ahora podemos obtener los mismos resultados, con mayor rapidez y con mayor seguridad de estar haciendo lo correcto de la forma correcta. Y con tecnologías que fijan los modelos obsoletos de tal forma que los hacen cada vez más difíciles de revertir, de sustituir, de reprogramar.

Basta una rápida mirada hacia los resultados reales – ésos que hablan, por ejemplo, de crisis de valores, de re-educación en la empresa, de menor rendimiento y menor compromiso del empleado, de desempleo, de delincuencia (de cuellos de todos los colores), de conducta ciudadana, de decadencia en la rigurosidad académica en la educación superior – para darnos cuenta que no se ha producido el famoso salto cuántico que se requiere para lograr la verdadera efectividad del sistema educativo.

El problema más grave, y quizás la raíz de todo lo demás, consiste en que el objetivo – si es que se ha determinado uno – está difuso, poco claro.

Veámoslo en contexto:

- Las empresas argumentan que se les hace cada vez más necesario proveer a sus empleados competencias técnicas y conductuales que deberían traer consigo al momento de ser contratados. Esto incluye hasta los aspectos más básicos de comportamiento social, pensamiento crítico, habilidad creativa, capacidad de cooperación, y destreza para aprender nuevas formas y buscar – y utilizar – información adecuadamente.

- Las universidades – tanto a nivel institucional como a nivel del profesorado – se quejan cada vez más de la falta de preparación y de compromiso de los estudiantes de nuevo ingreso.

- Los planteamientos gubernamentales, empresariales y sociales – incluyendo los de organismos internacionales – son prueba fehaciente de la inconformidad con el resultado que se está obteniendo a partir del sistema educativo actual.

- Estos discursos se focalizan hacia las necesidades financieras del sistema educativo, las comparaciones con otros países y
sociedades, y el modelo de gestión o administración del sistema educativo.
- Por lo tanto, existen ciertos modelos inconscientes - y errados - de pensamiento y actuación detrás de las premisas anteriores, por ejemplo:
... Que lo que otros países están haciendo es lo correcto y debe ser el marco de las acciones a adoptar en la República Dominicana.
... Que lo único que nuestro sistema educativo necesita para producir los resultados que la Nación y la sociedad requieren es: dinero, administración, estadísticas, tecnología, y modelos importados y énfasis en el contenido (hasta ahora, la palabra estudiante, educando, o equivalentes, no han salido en el discurso, no lo hemos escuchado, no lo hemos visto).
... Que tenemos el objetivo claro, y que lo importante es que más personas (“estudiantes”) accedan a lo que ya hay, lo cual – como modelo y en cuanto a contenido – está correcto.
... Que, dado que lo importante es el contenido, el sistema educativo es responsable de proveer competencias técnicas, con memorización y recordación de contenidos, enfatizando las ciencias “exactas”, buscando que el “graduado” sea laboralmente más productivo.
... Que lo anterior es lo que no se está logrando y a lo que hay que invertirle en tiempo, dinero, esfuerzo, adopción de modelos importados de los lugares donde supuestamente lo hacen bien, y pruebas que midan el aprendizaje (más bien la memorización) de esos contenidos… y que con eso basta.
... Que, por lo tanto, la persona que sale del sistema educativo es un “producto”, es el “objeto” de la educación como sistema, y que el objetivo consiste en que el producto cumpla con los requisitos antes mencionados y no más.
... Que, entonces, la otra parte del individuo, la que la hace “persona integral”, o anda muy bien, o es responsabilidad de otras instancias (la casa, la familia, la sociedad…) o, sencillamente ya está cubierta o, finalmente, no importa para los fines del país, de la empresa, de la sociedad.
... Que, por lo tanto, si conseguimos formas de hacer más de lo mismo (más presupuesto para más profesores, para más estudiantes, para más acceso…) de la misma forma (con los mismos métodos, en los mismos ambientes, con las mismas herramientas…) conseguiremos resultados distintos, mejoras en la educación y mejoras en el sistema educativo.

Al final, las mismas instituciones que se quejan de los resultados actuales caen en el juego de pretender que sencillamente con más recursos se resolverá el caso. Y, por lo tanto, terminamos pidiendo más recursos, más tiempo, más esfuerzo, más acceso, para reforzar un sistema que, estructuralmente, está constituido para producir los resultados que estamos obteniendo, ésos hacia los que tanta inconformidad expresamos.

Notemos que los discursos sobre el problema educativo se refieren a las serias deficiencias que presentan las personas que sí han tenido una “educación”, muchas veces en escuelas privadas, no las que han carecido de ella. En otras palabras, el problema no solamente radica en la falta de educación y de acceso a la educación, sino en la “mala” educación, en la educación que ya se hace inadecuada para el mundo de hoy.

Usando una metáfora: tenemos un carro con un motor de 1,100cc del año 1990. El carro no está rindiendo lo que se requiere, en términos de velocidad, kilometraje por galón, confiabilidad, seguridad en la carretera, etc. cada vez que lo vamos a utilizar debemos invertir – más bien gastar – cuantiosas sumas de dinero, tiempo y esfuerzo en darle mantenimiento. Entonces, luego de criticar las carreteras, la gasolina, los mecánicos y al carro mismo, con la finalidad de resolver el problema y pretender que corra como un vehículo fórmula I, decidimos:
- Echarle más gasolina a ver si corre más rápido
- Correrlo distancias más largas, a ver si mejora el rendimiento
- Pintarlo de rojo Ferrari, con rayas amarillas
- Instalarle aros y llantas de última tecnología
- Ponerle un nuevo tablero con nuevos indicadores que nos digan lo mal que va el carro, o con indicadores diseñados para engañarnos y decirnos lo bien que anda luego de ciertos arreglos cosméticos.

Obviamente, estamos echando vino nuevo en odre muy, pero muy viejo.

Es tiempo ya de cobrar conciencia y comprender que se requiere un cambio de vehículo. Los discursos que escuchamos, rara vez – si es que alguna vez lo hacen – plantean un cambio en el sistema metodológico, en la propuesta u oferta integral, en el enfoque hacia el estudiante como sujeto del sistema educativo.

El mundo de hoy no puede ser corrido en ese carro de ayer.

lunes, 1 de octubre de 2007

SEMBRANDO INQUIETUDES ESTRATEGICAS

Quizás este sea un buen momento para pausar y preguntarte ¿cómo has estado haciendo tus estrategias, las de tu empresa o unidad de negocios, las de tu vida personal? ¿Las has desarrollado sobre la base de las comparaciones competitivas, mirando hacia los lados y ocupándote más de lo que hacen los competidores, lo que hacen los demás? ¿O más bien has establecido estrategias realmente nuevas, previamente inexistentes, que cambian las reglas del juego en tu ambiente competitivo, en tu vida?

¿Estás repitiendo o prolongando la historia de un pasado hacia un futuro que será, como resultante obvia, un reflejo directo de lo ya vivido?

¿Tienes un propósito y una intención que te llevan clara e inequívocamente a crear algo único, diferente, especial? O, por el contrario, tu misión, visión, objetivos y metas se dirigen a crecer sobre el terreno conocido, la competitividad comparativa, la repetición de la historia?

Si analizas tu misión, ¿expresa ésta algo que te convierte en algo único, inigualable? ¿pueden tus clientes y relacionados decir que ése eres tú? O, por el contrario. ¿es tu misión un enunciado genérico de un quehacer indistinguible?

¿Provee tu visión una dirección clara para llegar al terreno que aún no existe, que nadie ha creado y, por lo tanto, nadie ha conocido? ¿Están la visión y la misión instaladas como entes vivos en el corazón de cada persona que compone tu empresa o, por el contrario, son simples pedazos de papel colgados de una pared?

¿Tus objetivos realmente están creando una nueva realidad, o se fundamentan sencillamente en solucionar los problemas de ayer con el conocimiento y las experiencias de antes de ayer?

Es fácil hablar de hacer estrategia creativa; en la práctica, requiere de fuertes decisiones y de un autoconocimiento y una autocrítica muy profundos y sinceros. La estrategia creativa – lo cual es una redundancia, dado que la verdadera estrategia es, en sí misma, pura creación – inicia con el acto natural de dar vida al momento, con la atención en el momento… la atención es la lente que concentra los rayos de luz de la energía y la intención, para crear una realidad. Sin pensar, sin juzgar, sin emoción; simplemente visualizando una realidad deseada y, con la intención, soltarla y dejarla que se materialice, fluyendo en cada momento con total atención a las señales de la percepción y la sensación.

¿Significa esto que el sujeto (persona, familia, empresa, sociedad) debe sencillamente abandonarse a la deriva? Abandonarse significaría vivir en referencia externa, idéntico a vivir en el pasado, ya que se viviría sobre la base de reacciones provocadas por los aprendizaje inconscientes del pasado. Abandonarse es otra dimensión u otra cara de la moneda de la mecanicidad inconsciente. No, no significa abandonarse.

Más bien, significa hacerse responsable del propio destino, desde la concepción misma de ese destino. Al ejercer esta responsabilidad con un compromiso absoluto y una entrega completa, el sujeto (persona, familia, empresa, sociedad, país) ha de conseguir un estado de consciencia total al vivir en el aquí y el ahora, consciencia ésta que lo despierta de la mecanicidad. Así, puede aprovechar cada momento, y seguir fluyendo de momento a momento creando una nueva realidad, sobre la base de un propósito y una intención.

Desatarse del pasado significa poder identificar las creencias, modelos, decisiones, paradigmas y acciones que te han llevado a donde estás, y reconocer que es hora de sustituirlos por los que te llevarán al mañana. Jamás podrás navegar a través de la puerta de mañana sentado sobre la llave de ayer, ni la de hoy. Desatarse del pasado significa comprender que cada momento presente puede ser vivido y aprovechado sin el juicio y sin la atadura a ese pasado, y puede ser canalizado con el propósito y la intención hacia el campo de las posibilidades infinitas, incomparables, ilimitadas.

domingo, 30 de septiembre de 2007

ESTRATEGIA ES... ¡CREATIVIDAD Y CREACION!

¿Qué es la estrategia? ¿Para qué sirve? ¿A quién aplica? Se habla del término estrategia y tal parece que se tratara de algo mágico, misterioso, o todopoderoso. Al hablar de estrategia, surgen ideas de modelos preconcebidos, de comparación competitiva, de análisis del ambiente externo y de las situaciones internas… de proyecciones, de presupuestos, de predicciones fundamentadas sobre las tendencias pasadas y actuales… surgen fórmulas dogmáticas y dogmas formulados… pero, ¿de qué se trata la estrategia?

Michael Porter afirma que la estrategia competitiva consiste en “la búsqueda de una posición competitiva favorable en un sector industrial”. Tal parece que se trata de una condena, de una carrera desmedida, desesperada, interminable para disparar contra un blanco que elude al arquero, ya que – cuando éste logra verlo – el blanco ya ha cambiado de posición. Prefiero decir, en lo personal, que estrategia es un arte; es el arte de adaptarse con éxito y anticipación a las condiciones cambiantes del ambiente, para conseguir de manera sostenible una posición única, una creación especial, de manera que se provea el más alto valor posible – y cada vez más – a accionistas, clientes y empleados, de forma que se consiga el éxito sostenible, en el presente y en el futuro.

Y ¿cuál es la única forma de poderse asegurar esta adaptación exitosa, si no es la de CREAR las situaciones y los ambientes, las realidades y percepciones que determinen ese éxito?

¿Puede obtenerse un éxito sostenido y anticipado dentro de la duda e incertidumbre que conlleva moverse en un ambiente que otro ha creado o provocado, dentro de una realidad desconocida en su esencia?

Vista dentro de este contexto, estrategia, como tal, implica creatividad - ya sea para empresas, organizaciones de todo tipo, sociedades, familias y hasta la persona en lo más íntimo de su individualidad - … sin embargo, en el principio, cuando apenas comenzaba hablarse de estrategia, ésta era vista como un asunto de predecir el futuro, hacer presupuestos, y hacer una prolongación del pasado hacia ese futuro… más adelante, la estrategia se convirtió en mirar para los lados y para atrás (análisis de sectores, de competidores, FODAs, etc.) De manera que se pretendiera moldear el futuro, sobre el supuesto del “conocimiento” del ambiente interno y el externo. En otras palabras, era como pedirle a un corredor olímpico que se ocupara de prestar atención a sus contrincantes, mirando hacia los lados, en lugar de tener su atención en sí mismo, en su carrera, y en la pista por la que va corriendo a toda su velocidad.

En el fondo y en realidad, la estrategia tiene que ver con crear el futuro, con hacer un futuro. El futuro no existe, el pasado tampoco, son ilusiones de la mente. Como tal, sólo existe el presente y, en él, el campo de todo lo posible, que parte desde la nada, del cero, del punto. La estrategia consiste en aprovechar ese estado, ese momento, esa nada, y producir un big-bang creativo, hacia lo que deseamos y planteamos que suceda, desde la intención y el propósito. Ésta es la importancia de una visión y una misión; se convierten – respectivamente – en intención y propósito. Así, la mente empresarial crea un futuro real, desde la ilusión mentalizada. De aquí la importancia de establecer una cultura y una cohesión mental que construyan una realidad focalizada, integral, compartida.

Desde esta potencialidad pura lo podemos crear todo. Pero, ¿qué es todo? Más bien, ¿qué será ese todo? ¿Surgirá de manera espontánea? ¿O nos toca a nosotros definirlo?

La estrategia consiste en dar vida a una nueva realidad competitiva, creada, provocada por nosotros; significa desestabilizar el status quo con iniciativas y acciones previamente inexistentes, incomparables. Como tal, desde la visualización y el pensamiento proyectivo, nos toca a nosotros definirla, decidirla, crearla, ponerla en acción, convertirla en éxito.

sábado, 29 de septiembre de 2007

CON LOS PRECIOS DEL PETROLEO, ¿REPETIREMOS LA HISTORIA?

Una vez más una nueva "crisis" de los precios del petróleo. Sin embargo, ésta no tiene precedentes. Los precios del petróleo imponen nuevos récords, se sitúan sobre los 80 dólares el barril, y aún no comienza el invierno del hemisferio norte, época en la que - debido al uso del combustible para la calefacción - estos precios tienden a registrar alzas estacionales.

Los niveles de precio actuales distan muchísimo de los registrados en las crisis previas: cuando se produjo la guerra Irán-Irak a finales de los 70's e inicio de los 80's, el barril de petróleo llegó a costar casi 40 dólares; con el incremento de la producción, especialmente de parte de Arabia Saudita, estos precios comenzaron a bajar hasta que, ya a mediados de los años 80, se colocaron por debajo de los 20 dólares (llegando a cotizarse por los 15 y 16 dólares el barril). La estabilidad se mantuvo, hasta que estalló la guerra de Irak, con la invasión de Kuwait a finales de los 80's e inicios de los 90's. Sin embargo, aún en esta época, el barril apenas subió por encima de los 20 dólares. Hace tan sólo tres años, a finales de agosto del 2004, vimos cómo el mundo celebraba que el precio del barril se había colocado por debajo de los 40 dólares; un mes después, a finales de septiembre de ese año, el barril se colocaba por encima de los 50 dólares. Aún muy lejos de los niveles de hoy día. Los precios del petróleo, superando ya los 80 dólares el barril, difícilmente vuelvan a ser lo que fueron en el pasado reciente. En los últimos 20 años, la demanda de petróleo ha crecido casi hasta duplicarse, mientras que la oferta se ha reducido en cerca de un 40%.

Nuestro país, dependiente como es del petróleo importado, debe abrir los ojos y reflexionar. Hace unos años, con la crisis de la tasa del dólar (por encima del 50 por 1) y la escalada en los precios del petróleo del 2003, se adoptaron medidas de "austeridad" (esta frase se repitió tan sólo hace un par de años), las cuales fueron más bien una forma de decir algo y aparentar que se actuaba de forma efectiva. La realidad es que estas "medidas drásticas" (horarios de expendio de combustibles, supuestas limitaciones a circulación de vehículos oficiales, etc.) traen muy poco beneficio - si es que traen alguno - para el ahorro de combustible y, por tanto, de divisas. Su impacto es ínfimo.

La reflexión en el momento actual debe llevarnos más lejos. Sugiero algunas ideas a considerar:
- Iniciar, ante todo, con un profundo y cuidadoso análisis de la dinámica sistémica que rodea la situación, que permita comprender las causas reales de la demanda de combustible, y las intrincadas relaciones causales entre aspectos tales como la generación ineficiente de energía, entre otros asuntos.

- Efectuar un completo plan de ordenamiento del tránsito vehicular. Basta echar una mirada a nuestros interminables entaponamientos para comprender la cantidad de combustible que quemamos cada día inútilmente, con las consabidas consecuencias no sólo económicas, sino ambientales. Lamentablemente, nuestros agentes de tránsito no están entrenados para sincronizar un complejo sistema logístico, como es el tránsito vehicular. Entendemos que las autoridades deben cuanto antes contratar los servicios de profesionales especializados en esta rama, de forma que se establezcan nuevas rutas y normas de tránsito, que maximicen la tasa del flujo vehicular, minimizando los entaponamientos. Entrenar a los agentes de tránsito es un requerimiento esencial, para que éstos comprendan las consecuencias de sus actos, y que dejen de pensar que dando paso masivo en un solo sentido y llenando a toda capacidad un trecho de la avenida, están haciendo el mejor de los trabajos: no es su culpa; simplemente no están entrenados, no son conscientes.

- Controlar y erradicar las malas prácticas de parqueo en las avenidas y calles de alta circulación. Nuestras avenidas están siendo utilizadas a un 60% (y a veces menos) de su capacidad, debido a la cantidad de vehículos aparcados en zonas hábiles para transitar.

- Fomentar de forma sincera y activa la generación de energía de fuentes alternativas, más que simplemente apoyando una ley, acelerando el proceso de inversiones en este sentido, a través del fomento agresivo de las mismas. Debe fomentarse tanto la producción de estas energías más limpias y más económicas, como su consumo. Una vez más, independientemente del tema del precio del petróleo, estaremos haciendo un gran favor a nuestro planeta y al aire que respiramos.

- Nos hace falta una buena dosis de educación, de la verdadera educación, ésa que forma e informa. Se gasta mucho dinero en campañas informativas innecesarias, vacías, vanas; se invierte prácticamente nada en estrategias de comunicación que realmente hagan mejor a nuestras personas, a nuestro pueblo. Una buena campaña, objetiva, directa, clara, precisa e insistente, puede redundar en grandes ahorros en términos de energía, y en mejores hábitos para la economía y el medio ambiente.

- Otro aspecto a considerar es el de nuestra arquitectura; nos preguntamos: ¿es adecuada la arquitectura de nuestros edificios (comerciales, residenciales, de oficina) para nuestro clima?

- Finalmente, no porque se acaben las posibles ideas, sino porque la lista es más bien interminable y no cabría en este espacio, tanto el sector público como el sector privado deben constituir un pequeño equipo de pensadores entrenados (entrenados en el arte y los métodos de pensar), para que elaboren los análisis y las propuestas que se requieren, más allá de compromisos políticos o económicos: pensadores independientes, pensadores creativos, pensadores dinámicos, que puedan ofrecer soluciones prácticas, de alto impacto, en muy muy poco tiempo.

Ha llegado la hora de presentar nuevas opciones, de elaborar e implementar propuestas creativas y acciones realmente efectivas y sostenibles. Es hora de comprender que, con el fin de lograr resultados distintos, debemos comenzar a hacer cosas distintas de forma distinta a como las hemos hecho hasta hoy; de lo contrario, estamos condenados a repetir la historia.